Además reafirmados los que dijeron Medellín, Puebla y Santo Domingo. “La educación es la asimilación de la cultura, la educación cristiana es la inculturación del Evangelio en la propia cultura. Es un proceso dinámico que dura toda la vida de la persona y de los pueblos, recoge la memoria del pasado, enseña a vivir hoy y se proyecta hacia el futuro.”
Se insiste en la creación de nuevos lenguajes y símbolo que no reduzcan a nadie a la categoría de objeto, sino que rescaten el valor de cada uno como persona.
Teniendo en cuenta lo anterior se buscará lograr una formación integral cristiana, que pretenda el desarrollo de todas las facultades humanas, la adecuada preparación como profesionales, la formación de su recto sentido ético y social su apertura a la trascendencia de su alma espiritual e inmortal, con una sólida formación religiosa a la luz del Evangelio como hijos de Dios y hermanos estudiantes con personalidad recta., responsable, capaces de opciones libres y justas, preparándolos para abrirse progresivamente a la realidad dentro de una concepción cristiana de la vida y del hombre y ser agentes transformadores de esta misma realidad.
El colegio prepara jóvenes futuristas que fácilmente se acomoden a todos los cambios sin perder su identidad ni su función básica dentro de la sociedad. La función aquí es humanizante, armonizada con el progreso material.
Dentro de las tendencia social, el gonzaguista debe constituirse en un agente dinamizador que favorezca verdaderos cambios sociales como herramientas de crecimiento y perfeccionamiento; para ello debe valorar con claridad y generosidad a sus semejantes y estar dispuesto a la colaboración cuando las circunstancias lo exijan.
El compartir con otros permite al estudiante ser crítico frente a los fenómenos sociales, llevándolos a actuar para lograr un mundo justo y condiciones de vida humanas.